Así deberían ser todos nuestros ensayos. Da gusto practicar así. Da gusto ver que, por primera vez, Paúl haya hecho una letra para una canción y que el proyecto Pandemonium, nuestro primer tema, ya tenga unos versos, y que nuestra interpretaciòn no se guíe por el número de compases, sino que rebose en esa esencia de cantar libremente e intuir que hay que entrar al nuevo arreglo sin la necesidad de contar las repeticiones. Es muy posible que la canción continúe variando hasta que la grabemos definitivamente en estudio, incluso que cambie de nombre (es lo más seguro). Es bacán que el Esteban esté haciendo los coros, y que yo me ocupe más de llevar el ritmo antes que de meterle porrazos a los tambores de mi bataca: esto es algo que lo hemos venido haciendo desde el año anterior y cada vez va mejorando, es una sinergia irreversible. Continuamos haciendo cosas nuevas en las antiguas canciones de RAYUELA, con el pretexto de dar un mejor espectáculo durante la Semana del Rock. De todas formas, esto nos dio un empujón en plena época de composición y de no querer hacer conciertos, en un momento en el que solo deseábamos concentrarnos en experimentar con sonidos y cosas que antes nos hubiesen parecido que no eran propias del movimiento alternativo y que, hace muy pocos meses, las hubiésemos desechado al paso. Panas, hoy por hoy es otra realidad la de RAYUELA.
Foto: Jorge
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jueves, julio 27, 2006
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