Fue una sorpresa entrar hoy al Metal Center, en el CC Caracol. Tenía unos minutos libres, a la hora del almuerzo, y fui a ver qué había de novedades. Vi la nueva edición del disco de los Sal y Mileto. Pregunté en cuánto lo vendían. El depeniente me me dijo que estaba en 10 dólares. Revisé los bolsillos, jumm... al lado, en cambio, un mancito de pelo largo compraba un disco rojo. No podía creerlo, era la primera vez que veía que un disco de la banda se expendía sin ser una petición directa a alguno de los tres que formamos Rayuela. Fue una situación sobrecogedora, una sensación que me obligó a pensar en dar más en los ensayos, en tratar de hacer un disco que supere cualquier expectativa. Evoqué la imagen creada por el Esteban, en la anterior entrada de este blog, en la que compara a los músicos de una banda de rock con una armadura. Rayuela es eso y más, y no debemos darle chance al óxido. Este es el compromiso de Rayuela. Espero que hasta el fin de semana pueda masterizar otra canción para colgarla en este portal (podría ser Después de matar) y que, así, se vayan familiarizando con nuestras nuevas canciones. Por cierto, el disco de los miletos, por ser un clásico del rock nacional, es más que recomendable: el que tenga chance, que lo compre.
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